Nuestro modelo económico actual, caracterizado por ser mayoritariamente lineal, se basa en la dinámica de “comprar – usar – tirar”, lo que implica agotar rápidamente los recursos disponibles. Para frenar esta tendencia, una de las siete iniciativas emblemáticas que forman parte de la estrategia Europa 2020 es la de iniciar la transición de la Unión Europea hacia un modelo de “economía circular”, basado en una sociedad del reciclado, para reducir la producción de residuos y utilizarlos como recursos.
La economía circular es un concepto económico interrelacionado con la sostenibilidad y cuya finalidad es que el valor de los productos, recursos, materiales… permanezcan en la economía durante el mayor tiempo posible, reduciendo de esta manera la generación de residuos y cerrando su ciclo de vida. Si el producto diseñado puede ser deconstruido, los desechos de unos devienen en recursos para otros.
Principios de la economía circular
Estos son los rasgos que definen cómo debe funcionar la economía circular.
Transformación del residuo en recurso: todo el material biodegradable vuelve a la naturaleza y el que no es biodegradable, se reutiliza.
Segundo uso: reintroducir en el circuito económico aquellos productos que ya no sirvan para sus necesidades iniciales.
Reutilización: reutilizar residuos o parte de los mismos para la creación de otros productos.
Reparación: dar una segunda vida a los productos estropeados antes que desecharlos.
Reciclaje: aprovechar los materiales que se encuentren en los residuos.
Valorización: aprovechar energéticamente los residuos que no se pueden reciclar.
Eco-concepción: tiene en cuenta los impactos medioambientales a lo largo del ciclo de vida de un producto y los integra desde su inicio.
Ecología industrial y territorial: implantación de un modelo de organización industrial dentro de un mismo territorio que optimice stocks y flujos de materiales, energía y servicios.
Economía de la funcionalidad: privilegiar uso frente a posesión y servicio frente a bien.
Uso de energías renovables para producir el producto, reutilizar y reciclar
Beneficios de la economía circular
- Disminución del uso de recursos
- Reducción de la producción de residuos
- Menor consumo de energía
- Creación de riqueza y empleo por la reorientación productiva de los países
- Ventaja competitiva en un contexto de globalización
¿Cómo podemos aplicar la economía circular en nuestro día a día?
- Comprar solamente cuando sea necesario. Para usos esporádicos tenemos alternativas más sostenibles como alquilar o pedir prestado. Contemplar la posibilidad de comprar de segunda mano.
- Reflexionar sobre alternativas antes de tirar algún objeto a la basura, sobre todo si se trata de menaje del hogar, muebles o aparatos. Posibles opciones serían repararlos, reciclarlos, e incluso regalarlos.
- Devolver artículos y productos usados. Muchas tiendas aceptan los productos que ya están gastados y dan bonificaciones por devolverlos, como por ejemplo en el caso de los móviles, electrodomésticos viejos o envases vacíos.
- Hacer lista de la compra para no adquirir productos de más y optar por compra de proximidad para mitigar la huella de carbono.
- Rechazar lo que no se necesite: tarjetas de establecimientos, muestras de productos, propaganda, artículos desechables…
- Reciclar correctamente cada material en su contenedor. Si los mezclamos serán muy difíciles de recuperar y reciclar.
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