Seguro que en más de una ocasión han desechado las cáscaras y las pieles de algunos alimentos por desconocimiento. Sin embargo, en vegetales como la berenjena o el calabacín, la piel es su principal fuente de nutrientes y en frutas y verduras, en general, son fuente de fibra de tipo insoluble, poco presente en nuestra dieta y muy beneficiosa para el tránsito intestinal.

Hoy, en Sentirse Bien Se Nota, te contamos cuáles son los alimentos, cuya cáscara o piel son beneficiosas para nuestra salud.

Pieles y cáscaras comestibles y saludables

Piña

Muchas personas desconocen que su cáscara es comestible y, además, una gran fuente de nutrientes. Su gran aporte de fibra es ideal para regular el tránsito intestinal y controlar el peso corporal. Además, también mejora la digestión, ayuda a reducir el colesterol, produce una acción diurética y alivia inflamaciones.

La cáscara se puede consumir licuada o hervirla en agua para conseguir una excelente infusión depurativa. 

Plátano

Tiene múltiples beneficios para el organismo,y en especial para nuestra piel, por su gran contenido en antioxidantes, fibra, insulina, potasio y vitamina B6. Su consumo también alivia dolores asociados a la irritación y mejora el proceso digestivo.

La piel de plátano, asimismo, destaca por sus propiedades tópicas. Su pulpa alivia la picazón producida por la picadura de algún insecto, acelera el proceso de cicatrización de algunas quemaduras y rasguños, y es un potente antiverrugas. Para ello, basta con colocar en la herida un poco de la pulpa de la cáscara.

Para consumirla, se puede hervir, dejar secar o rascar la pulpa de su interior con una cuchara cuando todavía esté fresca.

Naranja

Junto con la cáscara del limón y la lima, la piel de naranja es una de las más utilizadas en la gastronomía por su característico sabor; pero a su vez, tiene muchos beneficios nutritivos, entre los que destacan una gran cantidad de antioxidantes (vitamina A y C), un alto contenido fenólico, aportando propiedades bactericidas y antimicrobianas, y es una gran aliada contra la acidez estomacal.

Como en el caso anterior, la piel de naranja también es beneficiosa para nuestra piel. Su utilización evita la aparición de manchas provocadas por el sol y tiene efecto analgésico en las inflamaciones.

Esta cáscara se puede consumir rallada como especia para diferentes platos, en infusiones e incluso utilizarla confitada en repostería.

Berenjena

El característico y brillante color morado de este vegetal se produce gracias a la nasunina, un antioxidante muy efectivo que solamente posee esta hortaliza. La nasunina ayuda a combatir los radicales libres, retrasando el envejecimiento y reparando el daño celular.

La piel de la berenjena también contiene vitaminas A, B1, B2, C y minerales como potasio, sodio, calcio, magnesio, hierro, fósforo, azufre y cloro. Entre sus propiedades, destacan las diuréticas y laxantes. Asimismo, ayuda en la calcificación de los huesos y la cicatrización de las úlceras.

La mejor opción para consumir esta cáscara es cocinando la berenjena sin pelar, previamente lavada con abundante agua. Para eliminar su sabor amargo se recomienda dejarla en remojo algunas horas.

Patata

Al desechar la cáscara de la patata estamos tirando la parte donde se concentran más nutrientes. El más destacado es la fibra, responsable de favorecer el tránsito intestinal y enriquecer la microbiota; pero también contiene potasio -mineral encargado de regular la tensión arterial-, vitamina B6 – responsable de la secreción de dopamina y serotonina-, y vitamina C -beneficiando nuestro sistema inmunológico-, aunque en este caso se pierde gran parte en la cocción.

Asimismo, esta piel de patata contiene carotenoides, flavonoides y ácido cafeico; todos responsables de combatir los radicales libres.

Al consumirla, se debe eliminar aquellas partes que tengan una coloración verdosa, correspondiente a la solanina, un sistema de defensa del tubérculo que podría ser tóxico.

Tomate

Es un alimento rico en fibra, minerales como el potasio, fósforo, hierro y calcio y fuente de vitaminas A, C y E. Sin embargo, es en su cáscara donde se concentra el licopeno, un antioxidante y anticancerígeno responsable de darle al alimento el color rojo intenso. El licopeno también favorece el sistema inmunológico, reduce el colesterol y previene enfermedades cardiovasculares.

Consumir tomate con su cáscara aumenta la ingesta total de nutrientes y favorece la sensación de saciedad.

En todos los casos anteriores, lavar la pieza de fruta o verdura con abundante agua del grifo o lejía de uso alimentario es imprescindible para eliminar restos de plaguicidas, tierra y suciedad.