Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), el desperdicio alimentario es la disminución en la cantidad o calidad de los alimentos como resultado de las decisiones y acciones de los minoristas, proveedores de servicios alimentarios y consumidores.
Estos alimentos se pierden o desperdician a lo largo de toda la cadena de suministro, desde la producción inicial hasta el consumidor final y, si bien puede ser de manera voluntaria o accidental, las consecuencias para nuestro planeta son cada vez más graves, afectando directamente a la crisis climática.
Entre algunas de las soluciones a uno de los problemas más importantes en el que nos enfrentamos como sociedad nos encontramos el upcycling.
Upcycling, la economía circular en la alimentación
Fruto de un trabajo de divulgación realizado por dos profesores de la Universidad Estatal de Oklahoma (Rodney Holcomb -Economía Agrícola- y Danielle Bellmer -Biosistemas e Ingeniería Agrícola-) nace el upcycling, una posible solución al problema del desperdicio alimentario a nivel mundial.
Esta interesante propuesta se basa, principalmente, en aplicar la economía circular a los alimentos para evitar su desperdicio. De esta manera, con una serie de técnicas se pretende generar nuevos productos alimenticios procesados, evitando que los restos se despilfarren.
El principal objetivo de la economía circular es alargar la vida útil de un producto o residuo, creando nuevos productos partiendo del mismo y reduciendo, de esta manera, tanto el consumo de materias primas como los residuos generados. Si bien esta prolongación de la vida de un producto ya se aplica en sectores como el diseño, la moda y la industria, la introducción de esta técnica en la cadena alimentaria es todavía muy incipiente.
Según determina la Upcycled Food Association, para que un alimento sea considerado reciclado debe utilizar ingredientes que, de no ser así, no se habrían destinado al consumo humano, se deben obtener y producir mediante cadenas de suministro verificables y deben tener un impacto positivo en el medio ambiente.
A diferencia del downcycling, en el cual el producto resultante es de menor calidad, aunque también interviene en la disminución del desperdicio alimentario, en el upcycling el alimento resultante es de alta calidad y está elaborado a partir de ingredientes que, si bien su destino era el desperdicio, son perfectamente nutritivos.
Su punto de partida es siempre la separación lo más limpia posible de los productos secundarios vegetales y animales que se generen. Un ejemplo de ello sería el suero de la leche generado durante la producción de queso y requesón; un alimento alto en vitaminas, proteínas y minerales utilizado en la elaboración de postres, bebidas o smoothies.
Otros ejemplos los encontramos en cervezas artesanales elaboradas con el pan sobrante, el orujo de frutas utilizando las partes más fibrosas de las mismas que se desechan al realizar jugos y zumos o cáscaras de verduras secas utilizadas para las sopas.
Sin duda, cualquier técnica que disminuya el desperdicio alimentario y los residuos generados es un gran avance para solucionar los problemas medioambientales e invertir en nuestro planeta.
Comentarios recientes