Las articulaciones son las partes del esqueleto que unen dos huesos y nos permiten efectuar movimientos. Estas cápsulas articulares están compuestas por líquido sinovial y recubiertas por un cartílago articular que une los extremos óseos.
La lesión de este cartílago articular es conocida como artrosis y consiste en una patología reumática que produce dolor y rigidez. Se localiza principalmente en la columna vertebral, en los dedos de las manos, en rodillas, caderas y algunas partes de los hombros.
Si bien se puede confundir con la artritis porque ambas enfermedades ocasionan dolor, hinchazón y rigidez, la artrosis se produce por una degeneración o desgaste debido al uso de la articulación y que mejora al descansar.
Aunque esta enfermedad tiene cierto componente genético, existen algunos factores que intervienen en su desarrollo, como la obesidad, la falta de ejercicio físico, alguna lesión previa o el descenso en los niveles de estrógenos producidos en la menopausia. Sin duda, nuestra alimentación es un factor que puede influir en incrementar o paliar los efectos producidos por la artrosis.
Alimentos recomendados para personas con artrosis
Ricos en Omega 3
Las grasas omega 3 son precursoras de mediadores antiinflamatorios y antitrombóticos. Al incluir en nuestra dieta alimentos ricos en estos ácidos grasos, la cantidad de sustancias inflamatorias que produce nuestro cuerpo se reduce, disminuyendo los posibles dolores articulares.
El pescado graso -salmón, sardinas y caballa- son algunos de los alimentos con más contenido en omega 3, pero otras opciones vegetales -como las nueces y las semillas de chía y de lino- pueden aportar perfectamente las cantidades diarias necesarias.
Vitamina K
Algunos estudios relacionan la falta de vitamina K con la artrosis. Esta vitamina es la responsable del crecimiento y desarrollo normal del cuerpo, interviniendo en la construcción de los huesos y tejidos saludables, ayuda al rejuvenecimiento de las articulaciones y produce proteínas que intervienen en la coagulación de la sangre.
Entre los alimentos más ricos en vitamina K encontramos las hortalizas de hoja verde -espinacas, col rizada, brócoli, coles de bruselas y lechuga-, algunas frutas -arándanos azules, moras, higos y kiwi- algunos aceites, la soja y los edamames.
Vitamina C
Este gran antioxidante que interviene en la regeneración de los tejidos del organismo es vital en la producción de colágeno, un elemento fundamental en la regeneración de los cartílagos de las articulaciones. Consumida junto con ácidos grasos omega 3 favorece la inhibición de los procesos de inflamación de nuestro cuerpo.
La vitamina C se encuentra principalmente en frutas -kiwi, naranja, pomelo, melón, fresas, papaya-, verduras -pimiento rojo y verde, brócoli, coles de bruselas, kale- y algunas especias -perejil, mostaza-.
Vitamina D
Mantener unos buenos niveles de esta vitamina es fundamental para nuestra salud ósea. Si bien no existe una evidencia que relacione su consumo con una mejora en los síntomas de artrosis, sí se ha demostrado su participación en la síntesis de los proteoglicanos, esenciales para la bioquímica del cartílago articular.
La principal fuente de vitamina D se encuentra en los rayos UVB de la luz solar, pero existen ciertos alimentos que, en menor cantidad, también la aportan, como los pescados grasos, la yema de huevo, el marisco, los lácteos y las setas.
Alimentos a evitar
De la misma manera que algunos alimentos son beneficiosos para reducir la inflamación corporal, existen otros que la facilitan, potenciando el dolor articular en caso de padecer artrosis. Entre ellos destacan los alimentos ricos en ácidos grasos Omega 6 por ser precursores de mediadores más proinflamatorios y protrombóticos -como aceites vegetales, carne y huevos-.
Los expertos de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) también recomiendan reducir el consumo de todos aquellos alimentos ricos en ácido úrico y purinas -como las carnes grasas y embutidos, el marisco- y vegetales -como los espárragos, la coliflor y las espinacas-. Un exceso de ácido úrico en sangre puede provocar la formación de cristales que se depositan en las articulaciones, aumentando el dolor.
Asimismo, en caso de padecer artrosis es importante prescindir de bebidas azucaradas y del alcohol.
Si bien actualmente no existe un tratamiento que garantice una curación completa de la artrosis, una dieta saludable y practicar deporte de manera habitual pueden evitar su desarrollo.
En nuestro blog encontrarás varios consejos para aprender a llevar un estilo de vida activo y saludable.
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