Los días más largos y las temperaturas suaves de la primavera abren la posibilidad de realizar más actividades al aire libre, influyendo positivamente en nuestro estado de ánimo. Sin embargo, estos cambios de estación pueden dar lugar a la aparición de la astenia primaveral o a ciertos síntomas provocados por alergias ambientales.

Hoy, en Sentirse Bien Se Nota, compartimos algunos consejos para cuidarse en primavera. 

Astenia primaveral

Esta sensación de fatiga, cansancio o debilidad es uno de los síntomas más característicos de la llegada de la primavera. La astenia se origina en el hipotálamo -la glándula encargada de regular la temperatura, el sueño, el apetito y los niveles de hidratación- y aparece como consecuencia de las variaciones climáticas y de luz, características de este cambio de estación.

Si bien los síntomas de la astenia primaveral suelen presentar un carácter leve, es fundamental que durante las primeras semanas prestemos especial atención a nuestra salud, con una buena alimentación e hidratación.

La calidad y cantidad de descanso adquieren especial relevancia. Siendo la fatiga uno de los síntomas de la astenia primaveral, durante estas semanas se recomienda respetar los descansos que el cuerpo nos pida. Asimismo, una buena higiene del sueño nos facilitará que el mismo sea de calidad.

Alergias

La alergia, en especial al polen o polinosis y a los ácaros, cada vez afecta a una mayor parte de la población de los países desarrollados durante la primavera.

Durante este periodo, las plantas comienzan su proceso de polinización, provocando en las personas alérgicas una serie de síntomas que pueden ir desde estornudos o conjuntivitis a dificultades respiratorias, eccemas o crisis asmáticas. 

Adoptar ciertas medidas preventivas ayudará a mitigar estos efectos:

  • Durante las horas de mayor concentración de polen -amanecer y atardecer-, evita estar cerca de parques y jardines.
  • Consulta los datos de concentración de polen de la ciudad que ofrece la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica 
  • Si necesitas medicamentos para tratar los síntomas, llévalos siempre encima y utilízalos según indicaciones.
  • Las gafas de sol protegerán tus ojos de la exposición directa al polen.
  • Para evitar la entrada del polen, mantén las ventanas de casa cerradas, especialmente los días de viento. Diez minutos son suficientes para ventilar una estancia. Lo más recomendable es hacerlo durante las horas de menos concentración de polen -mediodía-.

Piel

Los cuidados de la piel cambian en cada época del año. Si en invierno es fundamental protegerla del frío y mantenerla en un correcto estado de hidratación para evitar la sequedad, con la llegada de la primavera los cuidados se centran en una buena preparación para la futura exposición a los rayos solares, el cloro de las piscinas, la sal del mar y la sudoración. Las exfoliaciones y limpiezas profundas eliminan las células muertas de la epidermis, desechando todas las impurezas y facilitando la absorción de productos protectores para la piel.

Uno de los factores estresantes para la piel durante esta estación son los cambios ambientales bruscos. Con la primavera entramos en una estación más húmeda, por lo que nuestra piel estará más hidratada. Por contra, el calor puede incidir en un aumento de la secreción sebácea, sintiendo nuestra piel más grasa y con los poros más abiertos.

Asimismo, las pieles sensibles pueden sufrir más episodios de dermatitis y alergias cutáneas.

Si bien los rayos solares no presentan demasiada intensidad, el uso de protección solar se hace necesario en cualquier momento del día. Después de muchos meses tapada, nuestra piel es más sensible a la exposición solar y pueden aparecer las primeras quemaduras.

Alimentación

Después del invierno llega el momento de depurar nuestro organismo. Aumentar la ingesta de frutas y verduras -ricas en vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes- nos permitirá detoxificar el cuerpo, reduciendo la sensación de pesadez y aportando hidratación.

Si bien es importante no dejar de consumir proteínas e hidratos de carbono, se recomienda optar por elaboraciones menos copiosas y contundentes.

Existen ciertos alimentos que, por sus efectos antihistamínicos, antioxidantes y antiinflamatorios, son muy beneficiosos para combatir los efectos de la astenia primaveral. Entre ellos, destacan los ricos en vitamina C por su alto poder antihistamínico y fortalecedor del sistema inmunitario -cítricos, fresas, frutas silvestres, kiwi…- .

Esta estación nos ofrece una gran cantidad de alimentos muy beneficiosos para nuestra salud. No lo dudes y llena tus platos de productos de temporada.