La avena es un excelente alimento con un alto valor nutricional muy beneficioso para nuestro organismo. Es fuente de hidratos de carbono de absorción lenta, de lípidos saludables y de antioxidantes. Asimismo, es rica en minerales como el zinc, el magnesio, el hierro o el calcio y cuenta con un elevado aporte de vitaminas.
Este cereal tan saludable está cada vez más presente en nuestras recetas; ya sean dulces o saladas, crudas o cocinadas. Si bien la forma más completa de consumirla es utilizando el grano entero, también encontramos avena en copos finos o gruesos, en harina o directamente el cereal hinchado.
Hoy, en Sentirse Bien Se Nota, te explicamos distintas maneras de consumir la avena para que puedas incorporarla a tus elaboraciones y beneficiarte de todas sus propiedades nutricionales.
Crema de avena dulce
También conocido como porridge o gachas, este desayuno típico del Reino Unido se ha extendido rápidamente por nuestro país hasta el punto de ser un plato habitual en muchos de los locales de moda.
Es un desayuno excelente por su alto contenido nutricional y su aporte energético. Su base principal es la avena, que se acompaña con diferentes ingredientes a elección según si lo preparamos dulce o salado.
En una cazuela, se cocinan los copos junto con agua, leche o alguna bebida vegetal hasta conseguir una masa espesa. Se puede añadir cualquier tipo de endulzante o especias como cacao, canela o clavo.
A la mezcla resultante, se le añade fruta de temporada, frutos secos, miel, mantequilla de cacahuete, mermelada, huevo… Este plato tan versátil admite cualquier tipo de combinación, consiguiendo el mismo desayuno con un sinfín de sabores.
Overnight oats
Siguiendo con las recetas de otros países que han entrado con fuerza en el nuestro, encontramos los overnight oats. Procedente también del Reino Unido, este desayuno se prepara dejando los copos de avena remojados en agua, leche o bebida vegetal durante toda la noche.
El concepto de los overnight oats es el mismo que el del porridge: un desayuno nutritivo, saludable y muy energético compuesto por avena, fruta de temporada, cacao en polvo o canela y semillas -principalmente chía-. La diferencia radica en la elaboración; al dejarla en remojo durante toda la noche, la avena no requiere cocción y se consume en crudo.
Esta es la opción ideal si no tenemos tiempo de preparar el desayuno por la mañana.
Avena en grano
Una de las principales características de este alimento es su versatilidad. En grano, la avena puede sustituir a otros cereales como el arroz, el bulgur, el trigo sarraceno o la quinoa en muchas recetas: ensaladas, guarniciones, con verduras, en sopas o incluso en un delicioso risotto.
Antes de cocer los granos, se deben lavar bien y dejar en remojo un mínimo de dos horas. Para su cocción, se debe hervir una parte de cereal por cada ocho de agua durante un par de horas para permitir que el grano se abra.
Avena como espesante
En copos finos o en harina, la avena es perfecta para absorber líquido y amalgamar cualquier masa. Además de volumen y consistencia, aporta la proteína necesaria en aquellas elaboraciones que sean vegetales.
Hamburguesas, medallones, albóndigas… vegetales o no. Este cereal ayudará a compactar y unir cualquier masa que lo requiera.
Harina de avena
Al sustituir cualquier otra harina por la de avena, podremos beneficiarnos de todas las propiedades de este cereal. Pasteles, tortitas, galletas, crêpes y bases para pizza son solo algunas de las recetas en las que puedes utilizar este tipo de harina.
En este caso, debes tener en cuenta que las medidas de harina necesarias para la elaboración pueden diferir.
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