Según la Fundación Española del Corazón, adoptando unos hábitos de vida saludable se podrían prevenir el 80% de infartos de miocardio.
Si bien la edad y los antecedentes familiares son factores importantes, el riesgo a sufrir algún tipo de enfermedad coronaria aumenta en los casos de colesterol o presión arterial alta, en las personas fumadoras, con sobrepeso u obesidad, aquellas con un estilo de vida sedentario y con una mala alimentación.
Con motivo del Día Mundial del Corazón que se celebra este 29 de septiembre, en Sentirse Bien Se Nota te damos algunos consejos para que aprendas a cuidar el motor de tu cuerpo.
Alimentación saludable
La hipertensión arterial, el colesterol alto o la diabetes son algunos de los factores relacionados con los problemas del corazón. Además de llevar una alimentación saludable, para cuidar la salud del corazón debemos incluir en nuestra dieta alimentos específicos que nos ayuden a tener controlados estos factores.
Para ello, aquí os detallamos 1) alimentos que nos ayudan a regular la hipertensión, 2) alimentos recomendados para personas que sufren diabetes, y 3) los que nos ayudan a tener controlado nuestros niveles de colesterol.
Estilo de vida activo
Existen muchas evidencias científicas que demuestran los innumerables beneficios que la práctica de actividad física aporta a la salud del corazón. Practicar ejercicio de manera habitual reduce la presión arterial, disminuye los niveles de colesterol malo (LDL) y aumenta los niveles del bueno (HDL), además de prevenir el sobrepeso y la obesidad.
Si bien los expertos recomiendan realizar cualquier tipo de actividad física durante 30 minutos 5 días a la semana para un buen estado de salud, existen ciertos deportes que benefician en especial al corazón. Son principalmente los que implican una actividad aeróbica porque aumentan la frecuencia cardíaca y requieren más oxígeno: caminar, correr, nadar, bailar, ir en bicicleta, entre otros.
Bienestar emocional
El bienestar emocional es fundamental para cuidar la salud de nuestro corazón. Según un estudio del Royal North Shore Hospital (Sydney), durante las dos horas posteriores a sentir ira o ansiedad con mucha intensidad, el riesgo de sufrir un infarto aumenta de manera radical.
Asimismo, existe un fallo cardíaco popularmente conocido como el Síndrome del corazón roto que se desencadena al experimentar un fuerte disgusto. Esta dolencia debilita el corazón de manera transitoria y, aunque en general las personas que lo han sufrido se recuperan a las pocas semanas, presenta los mismos síntomas que un infarto.
Por su parte, el estrés es uno de los detonantes de la hipertensión arterial y un factor determinante en distintas dolencias cardíacas como el infarto de miocardio o la angina de pecho.
Disfrutar de un buen descanso reparador es otro factor a tener en cuenta para cuidar nuestro corazón. Según un estudio de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, las personas con problemas crónicos de sueño tienen hasta un 45% más de probabilidades de sufrir un paro cardíaco.
Aprender a relajarnos y a regular nuestras emociones, así como a llevar una buena higiene del sueño nos permitirá mantener la presión arterial dentro de los parámetros adecuados.
La meditación, la práctica de mindfulness o algunos ejercicios suaves como el pilates o el yoga son muy beneficiosos para acostumbrarnos a calmarnos.
Vida sin humos
Fumar perjudica seriamente la salud. En el caso concreto del corazón, el tabaco es uno de los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Según datos de la OMS, en el mundo mueren anualmente 5.4 millones de personas debido al tabaco. Además, en las personas fumadoras el infarto puede aparecer de promedio una década antes en comparación con aquellas que no fuman.
Asimismo, según la Sociedad Estadounidense de Fisiología, las personas fumadoras tienen menos probabilidades de sobrevivir a un infarto. Esto es debido a que el consumo de tabaco debilita la alfa-1 antitripsina (A1TA), una proteína que protege todos los tejidos del organismo.
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