La transición entre estaciones, especialmente del verano al otoño, puede tener un gran impacto en nuestro bienestar físico y emocional, afectando nuestro estado de ánimo y aumentando los niveles de estrés. Octubre marca el comienzo de este cambio significativo en el entorno. Los días son más cortos, las temperaturas descienden y la vuelta a la rutina puede generar una sensación de agobio y ansiedad. Este fenómeno, conocido como estrés estacional, puede influir tanto en nuestra salud mental como en la física. Hoy te explicamos qué lo provoca y cómo combatirlo de manera eficaz, para mantener cuerpo y mente saludables mientras te adaptas al cambio de estación.

¿Qué es el estrés estacional?

El estrés estacional se refiere a la sensación de ansiedad, fatiga, irritabilidad o tristeza que muchas personas experimentan con la llegada de una nueva estación, especialmente las más frías. A menudo se asocia con el Trastorno Afectivo Estacional (TAE), una forma de depresión que está directamente vinculada a los cambios en la cantidad de luz solar que recibimos, los días más cortos y las temperaturas más frías.

Sin embargo, el estrés estacional también puede ocurrir en personas que no sufren de TAE, y puede relacionarse con otros factores como la vuelta a la rutina después del verano, el cambio en el ritmo de los días -causado por la disminución de la luz solar- o incluso la presión por la cercanía de las festividades navideñas.

Algunos de los síntomas más comunes del estrés estacional son:

  • Sentimiento de tristeza o melancolía
  • Falta de energía y cansancio excesivo
  • Irritabilidad o cambios de humor
  • Dificultad para concentrarse
  • Aislamiento social o falta de interés por actividades que antes se disfrutaban
  • Aumento del deseo por comer alimentos ricos en azúcar

Consejos para combatir el estrés estacional

Si bien el estrés estacional puede ser una respuesta natural a los cambios de nuestro entorno, es importante desarrollar estrategias que te ayuden a enfrentarlo de manera saludable. Estos son algunos consejos que te permitirán superar esta transición estacional con éxito:

Aumenta tu exposición a la luz solar

La luz solar es vital para regular nuestro estado de ánimo. Durante los meses dónde los días son más cortos, intenta aprovechar la exposición a la luz natural tanto como te sea posible. Abre las persianas y cortinas a primera hora de la mañana, y aprovecha siempre que te sea posible para salir a caminar durante el día. Si notas que estas acciones no son suficientes, puedes optar por utilizar una lámpara de luz blanca o las conocidas como “terapia de luz” para mejorar tu estado de ánimo.

Sigue una rutina de ejercicios

El ejercicio es una de las herramientas más efectivas para combatir el estrés y mejorar el estado de ánimo. El deporte libera endorfinas y puede contrarrestar los efectos de la tristeza y la ansiedad estacional. El aire fresco y estar en contacto con la naturaleza tiene muchos beneficios para la salud mental, pero si las bajas temperaturas te desmotivan a salir, opta por ejercicios en el interior.

Practica técnicas de relajación

La relajación, la meditación o la respiración profunda son prácticas ideales para aprender a manejar el estrés y la ansiedad. Con solo 10 minutos al día realizando alguna de estas actividades, notarás una gran diferencia en tu estado de ánimo.

Opta por una alimentación saludable

Durante el otoño, es habitual tener la tentación de recurrir a alimentos más calóricos y azucarados. Si bien durante esta temporada la alimentación suele ser más reconfortante -y con más platos de cuchara-, es importante seguir con una alimentación equilibrada, sin olvidar las proteínas magras, las frutas y verduras de temporada, y los alimentos ricos en omega-3, como el salmón o las nueces.

No te olvides de las conexiones sociales

Al dejar atrás el verano, los planes sociales tienden a disminuir. Asimismo, el clima más frío y los días más cortos favorecen que nos quedemos más tiempo en casa. Sin embargo, el aislamiento es uno de los principales factores que pueden agravar el estrés estacional. No hace falta organizar grandes reuniones, pero es importante seguir manteniendo conexiones sociales, ya sea en encuentros íntimos con amigos o a través de conversaciones telefónicas.

Prioriza el autocuidado

La vuelta a la rutina acarrea un aumento de tareas y responsabilidades que pueden provocar una sensación de agobio. Para evitarlo, es importante una buena organización del tiempo, priorizando el autocuidado. Aprende a establecer límites, no cargues tu día de demasiadas obligaciones, delega tareas, toma descansos y mímate de vez en cuando.