El arroz llegó a Europa en un inicio a través de rutas comerciales provenientes de Asia y, más tarde, por influencia árabe durante la Edad Media. Desde entonces, este grano ha sido adoptado por diversas culturas europeas, convirtiéndose en la base de platos icónicos que reflejan las tradiciones culinarias de cada país.
Aunque a menudo se asocia con el Mediterráneo, el arroz ha encontrado su lugar en la cocina de toda Europa, desde los risottos italianos hasta los contundentes platos del norte. Hoy exploramos algunas recetas únicas de diferentes rincones de Europa.
Paella, España
No hay plato más emblemático de arroz que nuestra paella, especialmente de la región de Valencia. Este plato tiene su origen en las comunidades rurales, donde los campesinos combinaban arroz con productos locales, como verduras, conejo, pollo y, más tarde, marisco.
La paella recibe su nombre del utensilio con el que se cocina y utiliza el arroz de grano corto, ideal para absorber el sabor del caldo. El toque especial lo aporta el azafrán, que aporta una tonalidad dorada al arroz y un aroma inconfundible. Este plato tan típico de la gastronomía de nuestro país es sinónimo de reunión y celebración.
Risotto, Italia
En Italia, el arroz alcanza su máxima expresión en el risotto, un plato cremoso originario del norte del país, especialmente de la región de Lombardía. Uno de los más famosos es el risotto alla Milanese, que se caracteriza por su color dorado y su sabor a azafrán.
La clave del risotto está en el tipo de grano utilizado (generalmente arborio o carnaroli) y en el método de cocción. Se cocina a fuego lento mientras se remueve constantemente, añadiendo el caldo poco a poco para que el grano tenga tiempo de absorberlo por completo. El resultado es un plato de textura rica y cremosa que se puede preparar con distintos ingredientes (verduras, carne o pescado).
Dolmades, Grecia
En Grecia, el arroz es un componente fundamental de los dolmades, uno de los platos más típicos de este país, que consiste en unas pequeñas hojas de parra, rellenas de arroz, hierbas frescas -como menta y eneldo- y, en algunas versiones, también carne picada.
Los dolmades se cocinan al vapor y se sirven calientes o fríos, acompañados de un toque de limón o una salsa de yogur. Este plato combina la frescura de los ingredientes locales con la influencia de siglos de intercambio cultural en la región.
Arroz Doce, Portugal
El arroz doce, o arroz con leche portugués, es un postre que refleja la dulzura y la riqueza tradicional de la gastronomía del país. Este plato, que tiene un lugar especial en festividades y reuniones familiares, se caracteriza por su textura cremosa y su aroma a canela y limón.
El arroz se cuece lentamente en leche con azúcar, aromatizado con corteza de limón y canela en rama. A menudo se sirve espolvoreado con canela molida, formando patrones decorativos.
Jollof Rice, Reino Unido
El jollof rice es un plato africano que se ha hecho muy popular en la sociedad británica multicultural. Las comunidades inmigrantes, especialmente de Nigeria y Ghana, han llevado este vibrante plato a los hogares y restaurantes del Reino Unido.
El jollof rice se cocina con tomate, pimientos, cebolla y especias, lo que le da su característico color rojo intenso. Aunque técnicamente no es originario de Europa, su adopción y presencia en la cocina británica contemporánea es un ejemplo del poder de la globalización gastronómica.
Milchreis, Alemania
En Alemania, el arroz también es protagonista de los postres, y el milchreis es una de las recetas más populares. Este sencillo plato de arroz con leche se prepara con un grano corto, cocido en leche con azúcar y una pizca de sal.
El milchreis suele servirse con canela y azúcar o con compota de frutas, como cerezas o manzana. Es un plato cálido y reconfortante, especialmente popular durante los meses fríos.
Arroz con mejillones, Bélgica
En Bélgica, donde los mejillones son un ingrediente emblemático, el arroz con mejillones es un plato que combina los sabores simples y frescos. Aunque menos conocido que los populares “moules-frites” (mejillones con patatas fritas), este plato es igual de sabroso.
Esta receta aprovecha el jugo de los mejillones -cocinados con vino blanco, ajo y hierbas- para darle al arroz un toque marinero. Es una opción sencilla y deliciosa para quienes buscan variar dentro de la tradición culinaria del país.
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