La filial de Grupo Ebro, Pastificio Lucio Garofalo, ha desarrollado una nueva línea de envasado compuesta por un 30% de plástico reciclado obtenido del reciclaje químico, un proceso diferente al mecánico que, frente a este último, abre posibilidades de reciclaje sin precedentes para fracciones de residuos actualmente difíciles de reciclar como el plástico procedente de la recogida doméstica. De hecho, el reciclaje químico «rompe» las moléculas que componen los polímeros que componen los diferentes tipos de plástico utilizados para los envases, convirtiéndolos en materia prima equivalente a un material virgen que puede ser utilizado para producir nuevamente plástico.
En una primera fase el nuevo packaging se está utilizando en cinco referencias: Spaghetti, Penne, Fusilli, Farfalle y Elicoidale, siendo el objetivo de la marca ir aumentando progresivamente tanto el número de referencias, como el porcentaje de plástico reciclado empleado.
Por otro lado, Garofalo se ha unido al proyecto Impacto Cero de LifeGate, un programa basado en tres conceptos: calcular, reducir y compensar. En este contexto, la participación en esta iniciativa permitirá a Garofalo compensar las emisiones de CO2 generadas por la fabricación y comercialización de los envases primarios de sus productos con destino al mercado italiano. Esta compensación de emisiones la llevará a cabo mediante la compra de créditos de carbón para el proyecto desarrollado en la Reserva de Rimba Raya (Indonesia), que persigue la conservación del bosque tropical de turba, una zona de alta importancia en biodiversidad que alberga 94 especies amenazadas de la Lista Roja de la UICN, como el Orangután de Borneo, el Pangolín de Sunda y el Leopardo Nublado. Además de los beneficios medioambientales, el proyecto incluye programas sociales para aumentar el desarrollo de empleos y microempresas y para alfabetizar a niños y adultos de la región.
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